Recomendación de El Libro de la Quincena: «Qué hacer con esos pedazos de Piedad Bonnett» – por Manuel Alcántara Sáez (19 de mayo de 2025)

Recomendación de El Libro de la Quincena: «Qué hacer con esos pedazos de Piedad Bonnett» – por Manuel Alcántara Sáez (19 de mayo de 2025)

Con el lanzamiento de «El Libro de la Quincena», Manuel Alcántara nos invita a embarcarnos en un emocionante viaje de descubrimientos. En este espacio, Manuel nos ofrece una selección cuidadosa de libros que, según su criterio experto, merecen ser destacados y compartidos. Cada dos semanas, nos guiará a través de reseñas, revelando las obras literarias que han capturado su atención y reflexión.

«Qué hacer con esos pedazos de Piedad Bonnett»

La vida está hecha de pedazos. Los matices dan sentido a los diferentes momentos de los días que se van sumando en semanas, meses y años. Son formas de medir el tiempo convencionales que casi siempre funcionan, aunque, como bien se sabe, hay lapsos sea cual sea su duración en los que no sucede (aparentemente) nada y otros en los que todo se acelera. El cine desde sus inicios se ha sabido adaptar a ello acoplando su lenguaje a realidades fragmentadas. La literatura, como no podía ser de otra manera, también lo ha hecho siempre, aunque hoy sepamos que el cine, lo visual, es más potente.

Piedad Bonnett, colombiana y reciente premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, lo hace con maestría. Además, en su relato el lirismo es un componente fundamental. Importa lo que dice y cómo lo dice. Precisamente porque de lo que se habla es de la aparente anodina vida corriente y sus distintas etapas desde la niñez a la vejez. Las relaciones de pareja, con los hermanos, con el padre mayor, con la empleada doméstica. La rehabilitación de la cocina. Pero también de la muerte, del sentido de la vida. Todo ello se configura en un calidoscopio de pequeñas piezas que van concatenándose dando sentido a la obra.

«¿Y el deseo? Solo ahora Emilia se permite pensar en la sexualidad de sus padres, y no sin cierta reticencia…»

«Envejecer es renunciar. Dejar atrás. Desinteresarse. Su padre se desprendió primero de la lectura. Después de la música. Y también, cada vez más, de sus largos paseos… el médico le hizo a su padre una pregunta que a Emilia le pareció no solo absurda sino insolente: quería saber si el creía en Dios… Por qué doctor quiere saber eso, indagó. Poraue los creyentes se recuperan mejor, aseveró el médico, como quien enuncia un axioma».

«Esa noche Emilia subraya en su libro: El que envejece se vuelve feo. Feo es aquello que se odia».

«… Porque el enamoramiento es un espejismo que no quisiéramos despejar jamás».

«Da lo mismo porque a los padres se los suele absolver, a las madres no».

«Siempre fue buena para huir, y mala para persistir en la huida… Cuántos años le tomó dejar de sentirse esclava de la culpa. Culpa por odiar a la madre, que la mandaba callar con los ojos en las visitas familiares; al padre que la cercaba con sus prohibiciones y la humillaba con sus castigos; a la pacata de su hermana que la juzgaba por ser expansiva y provocadora y por enamorarse de tipos indeseables…»

«A pesar de sí misma, de sus escrúpulos, no puede evitar que se desencadenen fantasías y se vea en una casa imaginaria, rodeada de paredes blancas, una casa liviana como una nube, vacía como una burbuja de agua, reparadora como una pausa».

Piedad Bonnett (2021). Qué hacer con estos pedazos. Penguin Random House. Bogotá. ISBN: 978-607-383-203-8. 166 págs.

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